MEMORANDUM DE DIOS. Og Mandino.
Trabajo Personal
1. Leo a
continuación un capítulo del libro “El milagro más grande del mundo” de Og
Mandino.
2. Subrayo las
frases con las que me siento identificado(a).
PIDE CONSEJO
Escucho tu
lamento. Este atraviesa la oscuridad, se filtra entre las nubes, se mezcla con
la luz de las estrellas y encuentra su camino hacia mi corazón montado en un
rayo de sol.
Me he
angustiado al escuchar el lamento de una liebre atrapada en el cepo, por el
gorrión que ha caído de su nido, por un niño que yace en una charca, o por el
hijo que derrama su sangre en la cruz.
Sabe también
que te escucho. Está en paz, está tranquilo.
Tengo consuelo
para tu pena, ya que conozco su causa… y cura.
Lloras por
todos tus sueños infantiles que se han desvanecido con los años.
Lloras por tu
dignidad que ha sido corrompida con el fracaso.
Lloras porque
tu potencialidad ha sido cambiada por seguridad.
Lloras por toda
tu individualidad que ha sido pisoteada por la gente.
Te consideras
desgraciado y te volteas aterrado a causa de la imagen que ves en el estanque.
¿Quién es esta mofa humana que te observa con insensibles ojos de vergüenza?
¿En dónde está
la gracia de tus modales, la belleza de tu figura, tu agilidad de movimientos,
tu claridad de pensamiento, el esplendor de tu conversación? ¿Quién se robó tus
bienes? ¿Conoces la identidad del ladrón como yo?
En una ocasión
posaste tu cabeza en una almohada de hierba en el campo de tu Padre y
observaste una catedral de nubes y supiste que, a su tiempo todo el oro de
Babilonia sería tuyo.
En una ocasión
leíste muchos libros y escribiste muchas cuartillas, convencido, sin temor a
equivocarte, que igualarías y superarías toda la sabiduría de Salomón.
Y las
estaciones desembocarían en los años hasta la eternidad; serías el rey supremo
en tu propio paraíso.
¿Recuerdas
quien plantó en tu ser aquellos planes, sueños y semillas de esperanza?
No puedes
recordarlo. No recuerdas ese momento en el cual emergiste del vientre de tu
madre y posé mi mano sobre tu suave frente.
¿Y el secreto que
murmuré en tu pequeño oído cuando te concedí mis bendiciones?
¿Recuerdas
nuestro secreto? No puedes recordarlo.
El paso de los años ha destruido tus recuerdos, ya que
has llenado tu mente de miedo, la duda, la ansiedad, el remordimiento, el odio,
porque no hay lugar para los recuerdos agradables en donde habitan estas
bestias
No llores más.
Estoy contigo… y este momento es la
línea divisoria de tu vida. Todo eso que ha tenido lugar antes no fue más que
un lapso parecido al que pasaste durmiendo en el vientre de tu madre. Lo pasado
está muerto. Permite que los muertos entierren a sus muertos.
En este día
regresa de tu muerte viviente. Este día, al igual que Elías con el hijo de la
viuda, me extiendo sobre ti tres veces y te devuelvo la vida.
En este día, al igual que Eliseo con el hijo
de la sunamita, pongo mi boca sobre la tuya, mis ojos sobre los tuyos y mis
manos sobre tus manos y tu carne recobra el calor.
En este día, al
igual que Jesús en la tumba de Lázaro te ordeno que salgas de tu sepultura para
empezar una nueva vida.
Este es tu
aniversario. Esta es tu nueva fecha de nacimiento. Tu primera vida, al igual
que en una obra de teatro era solamente un ensayo. Esta vez el telón está
subido. Esta vez el mundo observa y espera y espera para aplaudir. Esta vez no
fallarás.
Enciende tus
velas, comparte tu pastel. Sirve el vino. Has renacido.
Al igual que
una mariposa al salir de crisálida, volarás…vuela tan alto como desees y ni las
avispas, ni las libélulas, ni las cadenas de la humanidad obstaculizarán tu
misión o búsqueda de las verdaderas riquezas de la vida.
Siente mi mano
sobre tu cabeza. Atiende a mi sabiduría. Déjame compartir contigo, otra vez, el
secreto que escuchaste a la hora de tu nacimiento y que has olvidado.
TU ERES EL
MILAGRO MÁS GRANDE
Eres el milagro
del mundo. Esas fueron las primeras palabras que escuchaste. Después lloraste.
Todos lloran.
Entonces no me
creíste… y nada que corrija tu incredulidad ha pasado en los años intermedios.
¿Cómo podrías ser un milagro si te consideras un fracaso hacia las tareas más
sencillas?¿Cómo puedes ser un milagro cuando tienes poca confianza para manejar
la más trivial de las responsabilidades?¿Cómo puedes es posible que seas un
milagro cuando llega a estremecerte la duda y permaneces alerta sobre cómo obtener
el alimento de mañana?
Es suficiente;
la leche que se derrama es amarga.
Sin embargo,
¿cuántos profetas, cuántos sabios, cuántos poetas, cuántos artistas, cuántos
compositores, cuántos científicos, cuántos filósofos y mensajeros he enviado
para que te hablaran de tu capacidad, de tu potencialidad para asemejarte a mi
y los secretos para lograrlo?¿Cómo los trataste?
Sin embargo, te
sigo amando y estoy contigo ahora a través de estas palabras, para cumplir con
el profeta que anuncia que el Señor posará nuevamente su mano, por segunda
ocasión, para recuperar los indicios de su pueblo.
He posado mi
mano nuevamente. Esta es la segunda vez. Eres mi indicio. Es inútil preguntar,
¿no sabías, no escuchaste, no se te dijo desde el principio? ¿No entendiste la creación
de la tierra?
Se te ha dicho
que eres una pieza especial del trabajo, noble en razón, infinito en
facultades, expreso y admirable en forma y movimiento igual que un ángel en
acción.
Se te ha dicho
que eres la sal de la tierra. Se te dio hasta el secreto para mover montañas,
para realizar lo imposible.
No le creíste a
nadie. Quemaste tu mapa de la felicidad; abandonaste tu derecho a tener paz
mental; apagaste las velas que habían sido colocadas a lo largo de tu ruta
hacia la gloria y después vacilaste, perdido y aterrado, en la oscuridad de la futilidad
y la autocompasión, hasta que caíste en el infierno que era tu propia creación.
Entonces
lloraste y golpeaste tu pecho y maldijiste la suerte que se había adueñado de
ti. Rehusaste aceptar las consecuencias de tus propios pensamientos mezquinos e
insignificantes acciones, y buscaste un chivo expiatorio a quien culpar de tu
fracaso. ¡Con cuanta rapidez lo encontraste!
¡Me culpaste a
mí!
¡Gritaste que
tus defectos, que tus mediocridades, tu falta de oportunidad, tus fallas… eran
la voluntad de Dios!
¡Estabas
equivocado!
Hagamos un
inventario.
Primero hagamos
la cuenta de tus defectos. ¿Cómo voy a
pedirte que construyas una nueva vida si no cuentas con las herramientas?
¿Estas ciego?
¿Sale y se esconde el sol sin que puedas atestiguarlo?
No. Puedes
ver…y los cien millones de receptores que deposité en tus ojos te permiten
gozar de la magia de una hoja, de un
copo de nieve, de un estanque, un águila, un niño, una nube, una estrella, una
rosa, el arco iris… y la mirada del amor. ANOTA UN DON.
¿Estás sordo?
¿Puede reír o llorar un bebe sin que te des cuenta?
No. Puedes oír…
y los veinticuatro mil filamentos que puse en cada uno de tus oídos vibran con
el viento de la arboleda, con las mareas que chocan contra las rocas, con la
majestuosidad de una ópera, con el canto de un petirrojo, con el juego de los
niños… y con la palabra te amo.
ANOTA OTRO DON.
¿Eres mudo? ¿Se
mueven tus labios y sólo emiten saliva?
No. Puedes
hablar… ninguna otra de mis criaturas puede hacerlo y tus palabras pueden
calmar al enojado, animar al abatido, estimular al cobarde, alegrar al triste,
acompañar al solitario, premiar al valeroso, alentar el vencido, enseñar al
ignorante… y decir te amo.
ANOTA OTRO DON.
¿Estás
paralítico? ¿Ocasiona tu invalidez que te despojen de tu tierra?
No. Te puedes
mover. No eres un árbol condenado a una pequeña porción de tierra, mientras el
mundo y el viento abusan de ti. Puedes pasear, correr, bailar, y trabajar, ya
que dentro de tu ser he diseñado quinientos músculos, doscientos huesos y siete
mil nervios que están sincronizados para obedecerte.
ANOTA OTRO DON.
¿Ni amas, ni te aman? ¿Te oprime la soledad
día y noche?
No. Jamás.
Ahora conoces el secreto del amor, que consiste en que para recibir amor debe
entregarse sin reciprocidad. Amar por satisfacción u orgullo, no es amar. El
amor es un regalo por el cual no se exige nada a cambio. Ahora sabes que el
amar sin egoísmo es su recompensa. Y aún cuando el amor no sea devuelto no está
perdido, ya que el amor que no es recíproco regresará a ti y ablandará y
purificará tu corazón.
ANOTA OTRO DON. CUENTA DOBLE.
¿Es débil tu
corazón? ¿Tiene que luchar y esforzarse para mantenerse con vida?
No. Tu corazón
es fuerte. Pon tu mano sobre tu pecho y siente su ritmo, bombeando hora tras
hora, día y noche, treinta y seis millones de latidos al año, año tras año,
despierto o dormido, impulsando la sangre a través de cien mil kilómetros de
venas, arterias que llevan más de dos millones de litros de sangre al año.
El hombre jamás
fue creado como una máquina. ANOTA OTRO DON.
¿Estás enfermo
de la piel? ¿Las personas se vuelven horrorizadas cuando te acercas?
No. Tu piel
está limpia y es una maravillosa creación que solo necesita que la cuides con
jabón, aceite, cepillo y cariño. Con el tiempo todas las armaduras se oxidarán
y aherrumbrarán, no así tu piel.
Finalmente hasta el más fuerte de los metales se deteriorará por el uso,
más no la cubierta que he creado a tu alrededor.
Se renueva constantemente,
las células viejas son reemplazadas por nuevas, de igual forma que tu viejo
ser es remplazado por el nuevo.
ANOTA OTRO DON.
¿Se están
desbaratando tus pulmones? ¿Lucha un aliento de vida por entrar en tu cuerpo?
No. Las puertas
a la vida te sostienen hasta en el más vil de los ambientes que tú has creado,
y trabajan siempre para filtrar el oxigeno que da la vida a través de
seiscientos millones de alvéolos que se encargan de librar tu cuerpo de los
desperdicios gaseosos. AHORA ANOTA OTRO DON.
¿Está
envenenada tu sangre?
No. En tus
cuatro litros de sangre existen veintidós millones de células sanguíneas y
dentro de cada célula existen millones de moléculas y dentro de cada molécula
hay un átomo que oscila más de diez millones de veces por segundo. Cada segundo
mueren dos millones de tus células sanguíneas para ser remplazadas por dos
millones más de en una resurrección que ha continuado desde el día de tu
nacimiento. De la forma en que esto ha sucedido siempre en tu interior, sucede
ahora en tu exterior.
AN0TA OTRO DON.
¿Eres retrasado
mental? ¿No puedes pensar por ti mismo?
No. Tu cerebro
es la estructura más compleja del universo. Lo sé. Dentro de sus mil o más
gramos hay trece mil millones de células nerviosas, más de tres veces más,
células que personas habita tu planeta.
Para ayudarte a
archivar cada percepción, cada sonido, cada sabor, cada olor, cada acción
realizada por ti desde el día en que naciste, he implantado en tus células más
de mil millones de moléculas proteicas. Todos los sucesos de tu vida se
encuentran ahí esperando a que los recuerdes. Y, para ayudar a tu cerebro en el
gobierno de tu cuerpo, he dispersado en tu organismo cuatro millones de
estructuras sensibles al dolor, quinientos mil detectores táctiles y más de
doscientos mil detectores de temperatura. Ninguna nación protege sus reservas
de oro mejor de lo que tú estás protegido. Ninguna de sus antiguas maravillas
está mejor protegida que tú.
TU ERES MI CREACIÓN MÁS FINA
Dentro de tu
ser existe la sufí enciente fuerza atómica para destruir cualquiera de las
grandes naciones de tu mundo… y para reconstruirla.
¿Eres pobre?
¿No posees oro o plata?
No. ¡Eres rico!
Hemos contado juntos tu riqueza.
Analiza la
lista. Vuelve a contar. ¡Tasa tus bienes!
¿Por qué te has
traicionado? ¿Por qué gritaste que todos los dones de la naturaleza te habían
sido negados? ¿Por qué te engañaste pensando que eras débil para cambiar tu
vida?
¿Careces de
talento, sentidos, capacidades, placeres, instintos, sensaciones y orgullo?
¿Por qué te
arrastras en la sombras, como un gigante derrotado esperando sólo el transporte
hacia la vacía y húmeda bienvenida del infierno?
Tienes
demasiadas cosas. Tus dones se derraman e tu copa… y tú has sido negligente
con ellos, como un niño echado a perder por los lujos, debido a que los he
implantado en ti con regularidad y generosidad.
Contéstate a ti
mismo.
¿Qué hombre
rico, viejo o joven, retardado inútil no
cambiaría todas sus riquezas por los dones que tú has tratado tan a la ligera?
Conoce entonces
el primer secreto de la felicidad y el éxito… que posees aún ahora, todos los
dones necesarios para obtener la gran gloria. Esos son tus tesoros, tus
herramientas con las cuales puedes construir, empezando hoy, la base para una
nueva y mejor vida.
Por lo
tanto, haz como te digo; cuenta tus
dones y está consciente de que eres mi creación más grande. Esta es la primera
ley que debes obedecer para realizar el milagro más grande del mundo, el
regreso de tu humanidad de la muerte viviente.
Y agradece las
lecciones aprendidas de la pobreza. El pobre no es el que tiene poco, sino el
que desea mucho… y la verdadera seguridad descansa no en las cosas que uno
posee sino en las cosas que puede hacer con ellas.
¿Dónde están
los defectos que ocasionaron tu fracaso?... Sólo existen en tu mente.
Cuenta tus
dones.
Y la segunda
ley se parece a la primera. Ten conciencia de tu individualidad. Te has
condenado a una fosa común, y ahí permaneces, incapaz de perdonar tu propio
error, destruyéndote con odio hacia tu ser, autoincriminación, repulsión hacia
los crímenes que has cometido contra ti y contra otros.
¿No estás
perplejo? ¿No te preguntas por qué soy capaz de perdonar tus faltas, tus trasgresiones,
tu vergonzoso comportamiento… aún cuando tú no puedes perdonarte?
Ahora me dirijo
a ti por tres razones. Me necesitas. No eres una horda de destrucción
dentro de una masa gris de mediocridad. Y…eres una gran rareza.
Analiza una
pintura de Rembrandt, o un bronce de Degas o un violín de Stradivarius o una
obra de Shakespeare. Son de mucho valor por dos razones: sus creadores eran
maestros y son pocos en cantidad.
Siguiendo este
razonamiento, eres el tesoro más valioso en la superficie de la tierra, pues
sabes quien te creó y no hay nadie como tú.
Nunca ha habido
entre los millones de seres humanos que han caminado cobre el planeta, un ser
que haya sido exactamente igual a ti.
Nunca, hasta el
fin del mundo, habrá otro igual a ti.
No has mostrado
conciencia o aprecio de tu individualidad.
Más, eres una
creación única en el mundo.
De tu padre
emanaron en su momento de amor supremo, un sinnúmero de semillas de amor, más
de 400 millones. Todas ellas, mientras nadaban dentro de tu madre, entregaron
el alma a Dios y murieron. ¡Todas, excepto una! TÚ.
Sólo tu
perseveraste dentro desamoroso calor del cuerpo de tu madre, buscando la otra
mitad, una sola célula de tu madre, tan pequeña que se necesitarían más de dos
millones de estas para llenar una bellota. Sin embargo, a pesar de las
imposibilidades y el vasto océano de oscuridad y desastre, perseveraste, encontraste
la célula infinitesimal. Te uniste a ella y empezó una nueva vida, tu
vida.
Llegaste,
trayendo contigo, como lo hacen todos los niños, el mensaje que dice que no me
he desilusionado del hombre. Dos células ahora unidas en un milagro; dos
células, cada una con 23 cromosomas y en cada cromosoma cientos de genes que
regirán cada característica tuya, desde el color de tus ojos hasta el encanto
de tus modales y el tamaño de tu cerebro.
Con todas las
combinaciones bajo mi gobierno, empezando por ese espermatozoide solitario de
entre 400 millones de tu padre, hasta los cientos de genes en cada uno de los
cromosomas de tus padres podría haber creado 300 billones de seres, siendo cada
uno diferente.
¿Pero, a quién
creé?
¡A ti! Único en
su clase. Único ente los únicos. Un premio sin precio, poseedor de cualidades en mente, habla,
movimiento, apariencia y acciones que nunca tuvo otro ser que haya vivido, viva
o viviere.
¿Por qué te has
valorado en centavos cuando tu valor es incomparable a la riqueza de un rey?
¿Por qué
escuchaste a quienes te menospreciaron?... y, peor aún ¿por qué les creíste?
Recuerda. No
sigas escondiendo tu individualidad en la oscuridad. Sácala. Muéstrala al mundo. Esfuérzate por no
caminar como tu hermano, ni hablar como habla tu dirigente, ni a trabajar como
trabaja el mediocre. Nunca hagas lo que otro. Nunca imites a nadie.
Como ya sabes,
no debes imitar lo malo, pues, el que lo imita siempre lo supera, mientras que
quien imita al bueno, siempre queda corto… no imites a nadie. Sé tu mismo.
Muestra al mundo tu individualidad y él te bañará en oro. Esta es pues la
segunda ley.
Proclama tu
individualidad.
Y ahora has
recibido dos leyes.
¿Y tú próxima
queja? ¿La oportunidad nunca te busca?
Acepta el
consejo y esto pasará, ya que ahora te doy la ley del éxito en todo.
Hace muchos
siglos se dio esta ley a tus antepasados desde la cima de una montaña
Algunos
siguieron la ley y se salvaron; sus vidas estaban llenas con el fruto de la
felicidad, el cumplimiento, el oro y la paz mental. La mayoría no escuchó, ya
que buscaban medios mágicos, rutas tortuosas, o esperó a que el demonio llamado
suerte le mandara las riquezas de la vida. Esperó en vano… igual que tú
esperaste y después lloró, del mismo modo que tú, culpándome por su falta de
suerte.
Esta ley es
sencilla. Joven o viejo, mendigo o rey, blanco o negro, hombre o mujer… todos
pueden utilizar el secreto en provecho propio, ya que de todas las normas,
pláticas y escritos sobre el éxito y cómo lograrlo solamente un método nunca ha
fallado… si alguien te pide que lo acompañes a caminar un kilómetro… acompáñalo
dos.
Entonces, ésta
es la tercera ley…el secreto que producirá riquezas y te proyectará más allá de
tus sueños. ¡Sigue adelante otro kilómetro!
El único medio
cierto de triunfar es rendir más y mejor
de lo que se espera de ti, sin importar de que se trate. Este es un
hábito seguido por todas las personas de éxito desde el principio de los
tiempos. Por lo tanto te digo que el camino más seguro para condenarte a la mediocridad es realizar solamente el
trabajo por el cual te pagan.
No pienses que
te estás engañando si rindes más de lo que se te paga, ya que hay un péndulo
para toda la vida y lo que trabajes, si
no te es recompensado ahora, lo será mañana multiplicado por diez. El mediocre
nunca camina otro kilómetro, ya que piensa que no vale la pena seguir adelante.
Pero tú no eres mediocre. Caminar otro kilómetro es un privilegio del que debes
apropiarte por iniciativa propia. No puedes, no debes evitarlo. El descuido de
sólo hacer lo que los demás hacen y la responsabilidad de tu fracaso son
únicamente tuyos.
Ya no puedes
servir recibiendo solamente la compensación que en principio será entregada,
sin sufrir la pérdida de la recompensa. La causa y el efecto, medios y fines,
semilla y fruto, no pueden ser separados. El efecto es la causa, el fin
preexiste en los medios y el fruto está siempre en la semilla.
Camina otro
kilómetro.
No te preocupes
por ti mismo, ya que así servirás a un amo desagradecido. Sírvelo más.
Y en lugar de
él, deja que sea yo el que esté endeudado, y así, sabrás que cada minuto, cada
servicio extra, será remunerado. Mientras mayor sea el pago retenido, mejor
será para ti.
No puedes
ordenar el éxito, sólo puedes merecerlo… y ahora conoces el gran secreto
necesario para merecer su extraña recompensa.
¡Camina otro
kilómetro!
¿En dónde se
encuentra el campo desde el cual gritaste que no existía una oportunidad?
¡Observa! Mira a tu alrededor. Ve que en donde ayer sólo te revolcabas en la
autocompasión, ahora caminas erguido sobre una alfombra de oro. Nada ha
cambiado…excepto tú, pero tú lo eres todo.
Eres el milagro
más grande.
Eres el milagro
más grande del mundo.
Y ahora las
leyes de la felicidad y el éxito son tres.
¡Cuenta tus
dones, proclama tu individualidad y camina otro kilómetro!
Sé paciente con
tu progreso. Para contar tus dones con gratitud, para proclamar tu
individualidad con orgullo, para caminar un kilómetro más y después otro, estos
actos no pueden hacerse en un abrir y cerrar de ojos. Pues lo que se obtiene
con mayor dificultad, lo retienes durante más tiempo; como aquellos que gana
una fortuna son más cuidadosos con ella que aquellos que la heredan.
Y no temas
entrar en tu nueva vida. Toda adquisición noble se obtiene con sus riesgos.
Quien teme encontrar algo, no debe esperar obtener lo otro.
Ahora sabes que
eres un milagro. Y no existe el temor en un milagro.
Sé orgulloso.
No eres un capricho momentáneo de un creador descuidado que hace experimentos
en el laboratorio de la vida. Eres una manifestación libre de mí ser, de mi
amor. Fuiste creado con un propósito.
Siente mi mano
escucha mis palabras.
Me necesitas… y
yo te necesito.
Tenemos un
mundo que construir… y si se necesita de un milagro ¿qué es eso para nosotros?
Ambos somos milagros y nos tenemos el uno al otro.
Te di este
mundo y el dominio sobre él. Después para que fueras capaz de alcanzar el
máximo de tu potencial, posé mi mano sobre ti y te doté de poderes desconocidos
para las demás criaturas del universo.
Te di el poder
de pensar.
Te di el poder
amar.
Te di el poder
de determinar.
Te di el poder
reír.
Te di el poder
imaginar.
Te di el poder
crear.
Te di el poder
planear.
Te di el poder
de hablar.
Te di el poder de rezar.
Así pues,
llegamos a la cuarta ley del éxito y la felicidad… ya que te di un poder más,
un poder tan grande que ni los ángeles lo poseen.
Te di…el poder
de elección.
Con este regalo
te situé por encima de mis ángeles… ya que los ángeles no son libres para
escoger el pecado.
Te di dominio
total sobre tu propio destino.
Nunca te he
quitado tu gran poder, el de elección.
¿Qué has hecho
con esta tremenda fuerza? Mírate.
Piensa en las
elecciones que has hecho en tu vida y recuerda, ahora, aquellos amargos
momentos en los que caerías de rodillas si tan sólo tuvieras la oportunidad de
elegir nuevamente.
Lo pasado,
pasado está…y ahora conoces la cuarta y gran ley para la felicidad y el éxito…
usa sabiamente tu poder de elección.
Elige amar en
lugar de odiar.
Elige reír
en lugar de llorar.
Elige crear en
lugar destruir.
Elige
perseverar en lugar de renunciar.
Elige alabar en
lugar de criticar.
Elige dar en
lugar de robar.
Elige curar en
lugar de herir.
Elige actuar en
lugar de aplazar.
Elige crecer en lugar de consumirte.
Elige bendecir
en lugar de blasfemar.
Elige vivir en
lugar de morir.
Mis regalos de
poder eran demasiado grandes para tu pequeña naturaleza. Ahora te has vuelto
grande y sabio, los frutos de la tierra serán para ti.
Eres algo más
que un ser humano, eres un ser humano digno. Eres capaz de realizar maravillas.
Tu potencialidad es ilimitada.
¿Cuál otra de
mis criaturas ha dominado el fuego? ¿Cuál otra de mis criaturas ha conquistado
la gravedad; ha caminado por los cielos, ha dominado la enfermedad, la peste y
al sequía?
¡Nunca
menosprecies nuevamente tu persona!
No te rebajes
por las cosas insignificantes de la vida.
Nunca ocultes
tus talentos, de ahora en adelante.
Recuerda al
niño que dijo:”cuando sea un niño grande” Pero ¿que es esto? Los niños grandes
dicen: “cuando crezca”. Y los adultos dicen “cuando me case”.
Pero, después
de todo ¿qué es estar casado?
El pensamiento
luego cambia a “cuando me jubile”. Y entonces llega la jubilación y observa el panorama de lo hecho; un viento
helado pasa sobre eso y de alguna forma lo ha perdido y se ha ido.
Disfruta este
día, hoy…y mañana disfruta mañana.
Has realizado
el regalo más grande del mundo.
Has regresado
de la muerte viviente.
Nunca más
sentirás autocompasión y cada nuevo día será un desafío y una alegría.
Has nacido
nuevamente…pero igual que antes, puede elegir entre el fracaso y la
desesperación o el éxito y la felicidad. La elección es tuya. La elección es exclusivamente tuya. Yo
solamente puedo observarte, como antes…orgulloso… o apenado.
Recuerda
entonces las cuatro leyes de la felicidad y el éxito.
Anota tus
dones.
Proclama tu
individualidad.
Camina otro
kilómetro.
Usa sabiamente
tu poder de elección.
Y algo más,
para complementar las otras cuatro leyes.
Haz todo con
amor… amor por ti, amor por otros y amor por mí.
Seca tus
lágrimas. Sal toma mi mano y mantente erguido.
Permíteme
quitarte las mortajas que te atan.
Este día ha
sido notificado.
Og Mandino
3. ¿Cuáles son
las leyes de la felicidad?
4. ¿Con cuál de
ellas me identifico y por qué?
5. ¿Cuál fue la
finalidad del autor al escribir este memorando?.